La insulina es una hormona polipeptídica
que es sintetizada por las células beta del páncreas y liberada por diversos
estímulos como las concentraciones elevadas de glucosa en sangre, así como por
glucagón, péptido inhibidor gástrico, adrenalina y concentraciones altas de
aminoácidos.
Su función principal es regular el
metabolismo de la glucosa, actúa de diversas formas: aumenta la captación de
glucosa por parte de las células, inhibe la gluconeogénesis hepática, inhibe la
glucógenolisis hepática y estimula la glucógenogénesis, es antilipolítica,
estimula la síntesis de triglicéridos y proteínas e inhibe la secreción de glucagón
por las células alfa pancreáticas.
Fue aislada por primera vez en
tejido pancreático en 1921 por Banting y Best. En los experimentos clásicos de
Von Mering y Minkowski a finales del siglo XIX se había demostrado que la
pancreatectomía en perros provocaba hiperglucemia, por lo que comprendieron la
importante función del páncreas para mantener la homeostasis de la glucosa in vivo. Poco después del descubrimiento
de la insulina, Banting y Best, utilizaron experimentalmente extractos
pancreáticos para tratar a perros pancreatectomizados y a pacientes con
diabetes mellitus y consiguieron suprimir la hiperglucemia, confirmándose
entonces que en los islotes de Langerhans estaban las células pancreáticas
esenciales responsables de mantener una glucemia normal. De esta forma la
investigación de la insulina supuso un gran avance en el tratamiento de los
pacientes diabéticos.
Aunque se determinó la naturaleza
proteica de la insulina poco después de su descubrimiento, el conocimiento de
su estructura primaria llegó años después con el desarrollo por Sanger y
colaboradores de métodos para determinar las secuencias primarias de las
proteínas. De hecho, la insulina fue la primera proteína cuya secuencia
completa se determinó, por lo cual Frederic Sanger recibió el Premio Nobel de
Química en 1958.
La insulina se compone de dos cadenas
polipeptídicas (la cadena A está formada por 21 aminoácidos y la cadena B por 30
aminoácidos) que están unidas entre sí por puentes disulfuro.
Como comentábamos anteriormente,
las células beta del páncreas producen, almacenan y secretan insulina. En
circunstancias normales, la célula beta mantienen siempre una reserva de
insulina fácilmente disponible que puede secretarse rápidamente en respuesta a
un estímulo, como una elevación de la glucemia. Todo aumento en la liberación
de la insulina se compensa con un aumento correspondiente de la biosíntesis de
insulina, de manera que las reservas de insulina de la célula beta se mantengan
constantemente. Por tanto, la biosíntesis y el procesamiento de la molécula de
insulina en la vía secretora de la célula beta es un proceso muy regulado y
dinámico.
Paula SF
Fuentes bibliográficas
consultadas:
-
Kahn C.R., Weir G.C., King G.L., Jacobson A.M., Moses
A.C., Smith R.J. (2005). Joslin’s
Diabetes Mellitus. Madrid: Adis
International Ediciones Médicas.
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